Guerra
y paz
puede
prestarse a chiste
pero
se trata de un poema:
empezaba
a contarlo
mi
sufrida madre:
Berta,
de Libertad:
lo
que este necesitaba
era
una guerra
como
la que pasaron
nuestros
padres:
y seguía el mío:
el hombre
de la cicatriz en el ojo:
o crecer en la miseria
de
una posguerra
como
la que nos tocó
vivir
a nosotros:
yo solo era un niño
en los últimos años ya
de una dictadura militar
y lo que necesitaba
lo
único que necesitaba
y te lo digo en serio
que me dejasen:
en paz:
mi
edad era otra:
serguei esenin:
Arte
poética
como poeta
actúo
de abogado
del diablo:
como hombre
en
ocasiones
soy ese mismo
diablo:
escribo
para limpiarme
por dentro:
para que se me vaya
el diablo
al cielo:
y a mí no me gustan las ficciones:
helene
hanf:
El
equilibrista
no me parece
lógico
ni coherente
vivir toda la vida
hasta
la fecha
a una altura
de cinco o más pisos
y toda la vida también
hasta
la fecha
tocando fondo:
no
te preocupes por la vida, no saldrás vivo de ella:
truman capote:
Mensajero
muy a pesar
del invierno
y de otras malas hierbas
que se multiplican
en su tierra
tierra
de maceta
el geranio
en la ventana
se esfuerza
por entregarme a tiempo
el mensaje,
las dos flores rojas
que Manuela
le dio
para mí:
tú eres mi primavera:
una
mujer concede genio al hombre al que ama:
anais nin:
David
González. “Campanas de Etiopía. Los que viven
conmigo. Cuaderno I”. 2015, Origami.
5 comentarios:
Agradecido, Tomás :-)
Gracias a ti, poeta. Un gran libro.
Un abrazo, David.
Tremendos. Saludos.
Tremendos. Saludos.
Sí, José Luis. Y atento a los relatos, que no le van a la zaga a los poemas. Un libro muy completo. Ya lo leerás, supongo.
Un abrazo.
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