Frente al silencio.

Frente al silencio.

miércoles, 2 de diciembre de 2015

Alejandra Pizarnik (y III)


Diarios.



Fragmentos:



      Me queda muy poco tiempo de vivir. No espero nada salvo sufrir menos, cobrar algo de indiferencia. Extraña relación con C.C. No es extraña, es simplemente una reiteración más. Deseo que no me escriba para sufrir por su silencio. Mejor dicho: para que sepa que sufro por su silencio.
      Días pasados pensé: estoy sola pero soy libre. Luego me olvidé de seguir consolándome con este prejuicio. Nada mejor que la resignación, la aceptación. Pero estoy muy mal. No sé en qué descansar. Todo me es razón de espanto. Y cuando no es de espanto es de rechazo. Todo me rechaza. No deseo estar viva ni deseo suicidarme. Hace poco tiempo que la muerte está en mí. Me horroriza. Antes no, antes yo era candorosa. ¿Cuándo es antes? Antes del retorno a Buenos Aires. Mi descubrimiento más siniestro fue saber que aún puedo sufrir por causas nimias. En París no era así. Comparada con la de aquí, mi manera de vivir, en París, era magnífica. Y yo le atribuía tantos términos infernales. Curioso: todo puede ser peor, con un poco de tiempo todo puede llegar a ser peor.

***



      Heme aquí transformada en una distinguida poeta, galardonada y considerada como representativa de la poesía argentina. Nada más lejos de mí que esta imagen absurda.

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Domingo, 15/VI
      Leo Barthes. La escritura es una opción a diferencia del lenguaje y del estilo. El estilo nace de la necesidad, está en la frontera de mi cuerpo y del mundo. No obstante, ¿qué pasa, par ex., con los Diarios de Kafka, escritos por pura necesidad? No es esto, empero, lo que me importa sino la conciencia de que la poesía y la literatura es más que mi necesidad animal (o patológica) de escribir lo que escribí.
      Otra evidencia: de cada veinticinco poemas uno escribe y esto si tiene suertecuatro o cinco poemas válidos. No me quejo. Digo que el movimiento que nos impulsa a escribir un buen poema no se diferencia del que nos hace fracasar. Algo el azar u otra entidad abstracta interviene para dotar de gracia a algunos poemas.

***


18/VI
      Me levanté temprano y me desgastó la radio de mi vecina. Éste es el precio por una vida diurna y <<sana>>. ¿Cómo concentrarme en un poema con la radio a todo lo que da?
      Recibí carta de Yves Bonnefoy. Se refiere a la <<intensidad seria y serena de mis poemas que pueden iluminar de súbito toda una distancia>>. Seria y serena: he aquí lo que no soy y que sin duda soy en mis poemas. O sea, en ellos soy la que quisiera ser. Por eso, tal vez, desdeño tanto el desorden inicial con que nacen mis poemas.
      Éste es el año en qué más me preocupo por la escritura y el poema.

***







FEBRERO


      Ha llegado el mes más temido. (En Argentina es el mes de vacaciones de médicos y psicoanalistas). Quiero trabajar mucho, aunque para nada. Pero quiero estar bien para estar en condiciones de ayudar a mi madre.
      Todo lo presentido malo se volvió real.
      Imposible leer y escribir. Angustia por no haber empezado a trabajar.
      El trabajo y mi madre.


13 de febrero
      Aparentemente es el final. Quiero morir. Lo quiero con seriedad, con vocación íntegra.


9 de octubre
      Van cuatro meses que estoy internada en el Pirovano.
      Hace cuatro meses intenté morir ingiriendo pastillas.
      Hace un mes, quise envenenarme con gas.

Las palabras son más terribles de lo que me sospechaba. Mi necesidad de ternura es una larga caravana.
      En cuanto al escribir, sé que escribo bien y eso es todo. Pero no me sirve para que me quieran.

                                        Decir que me abandonaste sería muy injusto; pero me aban-
                                        donaron, y a veces me abandonaron terriblemente, es cierto
                                                                                                                                           Kafka


21 de noviembre, domingo
      El domingo pasado traté de ahorcarme. Hoy no dejo de pensar en la muerte por agua. Nada me haría mejor que ver a René C.
      Un título: El lugar perdido.
      Las perras palabras.
      El miércoles 10 salí del Pirovano en el que estuve cinco meses.


Noviembre de 1971
      Escribir es darle sentido al sufrimiento.
      He sufrido tanto que ya me expulsaron del otro mundo.
      Escribir es querer darle algún sentido a nuestro sufrimiento.




Alejandra Pizarnik. “Diarios”. 2012, Editorial Lumen.