Primera
poesía vertical
1
Una
red de mirada
mantiene
unido al mundo,
no
lo deja caerse.
Y
aunque yo no sepa qué pasa con los ciegos,
mis
ojos van a apoyarse en una espalda
que
puede ser de dios.
Sin
embargo,
ellos
buscan otra red, otro hilo,
que
anda cerrando ojos con un traje prestado
y
descuelga una lluvia ya sin suelo ni cielo.
Mis
ojos buscan eso
que
nos hace sacarnos los zapatos
para
ver si hay algo más sosteniéndonos debajo
o
inventar un pájaro
para
averiguar si existe el aire
o
crear un mundo
para
saber si hay dios
o
ponernos el sombrero
para
comprobar que existimos.
60
Llegará
un día
en
el cual no habrá que empujar los vidrios para que caigan,
ni
martillar los clavos para que sostengan,
ni
pisar las piedras para que se callen,
ni
beber el rostro de las mujeres para que sonrían.
Empezará
la gran unión.
Hasta
Dios aprenderá a hablar
y
el aire y la luz
entrarán
en su cueva de miedosas eternidades.
Entonces
ya no habrá diferencia entre tus ojos y tu vientre,
ni
entre mis palabras y mi voz.
las
piedras serán como tus senos
y
yo haré mis versos con las manos,
para
que nadie pueda ya confundirse.
Cuarta
Poesía vertical
11
El
poema respira por sus manos,
que
no toman las cosas: las respiran
como
pulmones de palabras,
como
carne verbal ronca de mundo.
Debajo
de esas manos
todo
adquiere la forma
de
un nudoso dios vivo,
de
un encuentro de dioses ya maduros.
Las
manos del poema
reconquistan
las antigua reciedumbre
de
tocar a las cosas con las cosas.
Quinta
poesía vertical
10
Hay
vidas que duran un instante:
su
nacimiento.
Hay
vidas que duran dos instantes:
su
nacimiento y su muerte.
Hay
vidas que duran tres instantes:
su
nacimiento, su muerte y una flor.
Undécima
poesía vertical
38
Toda
luz es un fracaso:
ninguna
puede sostenernos.
Nos
aferramos a la luz
como
un animal que se prendiera con sus garras
de
una cornisa suelta en el vacío.
Pero
la luz es un reflejo en el vacío
o
tal vez un reflejo del vacío
y
nada se sostiene de un reflejo,
menos
aún de un reflejo de la nada
Ni
siquiera otro reflejo.
Ni
siquiera otro vacío.
Sin
embargo,
¿qué
sostiene a la luz?
Decimocuarta
poesía vertical
FRAGMENTOS
VERTICALES
<<Casi
poesía>>
95
La
noche se vuelve a veces de piedra y se cierra sobre el hom-
bre.
Se convierte así en la tumba más perfecta.
<<Casi
razón>>
35
La
poesía tiende a lo imposible, pero nos hace posibles.
Roberto
Juarroz. "Poesía Vertical". Edición de Diego Sánchez
Aguilar. 2012, CATEDRA.
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