A
esta ciudad le falta tu nombre. A las antenas, a los portales fríos
e impersonales. A cada vacío en el que se cuece una tristeza.
Recorrerla con la mirada, desde alguna cafetería, llueva, o no,
porque a esta ciudad le falta cielo, le falta luz. Y cada ventana que
se alza, es un acertijo. Sé que existes porque me lates por todo el
cuerpo, me traes colgada de algún sueño. Tal vez, deba cruzar el
puente que aísla este territorio del resto. No te estoy buscando,
porque el amor, explota; porque el amor, no espera, no entiende de
tiempos, ataca con el cuchillo atravesado en la mandíbula, y debes
rendirte, o su furia será letal. A este planeta le falta tu nombre,
tu voz, le faltan las manos que bauticen en cierto modo, a la que aún
no soy.
Natacha G. Mendoza. 2018, de su muro de Facebook
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