CHANDLER
NICHOLAS
CADA
día me baño, me afeito cada día,
cada
día me visto.
Pero
no hay nadie en mi vida
que
goce contemplando mi dengosa presencia.
Cada
día paseo, respirando muy hondo,
que
es cosa saludable.
¿Pero
de qué me sirve mi energía?
Cada
día adelanto cultivando mi espíritu
en
la lectura y la meditación.
Pero
no tengo nadie con quien poder hablar.
En
Spoon River no hay ágora
ni
ningún lugar donde liquidar las ideas.
Busco
y no soy buscado.
Maduro,
afable y útil, no sirvo para nada.
Encadenado
aquí, en mi Spoon River,
donde
no hay ningún buitre que me devore el hígado,
¡me
devoro yo mismo!
MI
LUZ CON LA TUYA
CUANDO
el mar haya devorado
todas
las naves,
y
las torres y las espiras
se
extiendan sobre las colinas,
y
las ciudades
vuelvan
de nuevo a ser llanuras,
y
la dureza del acero,
y
la hermosura del bronce
cubran
silenciosos continentes,
como
la arena del desierto,
mi
polvo con el tuyo
se
mezclará para siempre.
Cuando
locura y visión hayan muerto,
y
el fuego no exista
porque
ya no existirán los hombres;
cuando
el mundo muerto, girando lentamente,
caiga
en el vacío,
mi
luz con la tuya se mezclará,
en
la Luz de las Luces,
para
siempre.
Agustí
Bartra. “Antología de la poesía norteamericana”. 1974, Plaza &
Janes.
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