Frente al silencio.

Frente al silencio.

domingo, 8 de mayo de 2016

Roberto Juarroz




Pienso que en este momento
tal vez nadie en el universo piensa en mí,
que sólo yo me pienso,
y si ahora muriese,
nadie, ni yo, me pensaría.

Y aquí empieza el abismo,
Como cuando me duermo.
Soy mi propio sostén y me lo quito.
Contribuyo a tapizar de ausencia todo.

Tal vez sea por esto
que pensar en un hombre
se parece a salvarlo.

***





Tú no tienes nombre.
Tal vez nada lo tenga.

Pero hay tanto humo repartido en el mundo,
tanta lluvia inmóvil,
tanto hombre que no puede nacer,
tanto cementerio horizontal,
tanto cementerio arrinconado,
tanta ropa muerta
y la soledad ocupa tanta gente,
que el hombre que no tienes me acompaña,
y el nombre que nada tiene crea un sitio
en donde está demás la soledad.

***









Desde alguna parte nuestra que no conocemos
nos sube a veces una pasión suelta,
como un cuadro que se despegara de la pared
para ir a palpar el mundo,
como un cuadro que olvidase lo que tenía pintado.

Una pasión que no busca
el nacimiento de ninguna mano.
Una pasión vacante.

Tal vez ella nos salve.

***






Sobramos.
Aquí o no importa dónde:
en alguna parte sobramos.
Somos el excedente
de alguna piedra transversal del destino.

La música está hecha
de las pisadas de un astuto animal
que se aproxima y de pronto se esfuma.
Las palabras son minúsculos espasmos
de una hierba diminuta
que se apresura demasiado a crecer
y no consigue así su propio sol, su propia lluvia.
Los amores o nadie,
o nadie con amores,
son huérfanos que maman
de un seno agotado hace mucho.

Los dioses que han caído,
los dioses que no caen
porque nunca estuvieron arriba,
la selva invegetal de los dioses,
dialoga únicamente
con el filo-horizonte que nos cerca.

Las manos que antes fueron,
y las cosas que no fueron nunca
se atan en este mundo
que no aprisiona nada.

No, no tan sólo nosotros:
todo es algo que sobra.
Aquí o en otra parte.





José Alberto Santiago. “Antología de la poesía argentina”. 1973, Editora Nacional.




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