1950,
AÑO DEL LIBERTADOR, ETC
Y
si el llanto te viene a busca
(De
un tango)
Y
si el llanto te viene a buscar,
agarralo
de frente, bebé entero
el
copetín de lágrimas legítimas.
Llorá,
argentino, llorá por fin un llanto
de
verdad, cara al tiempo
que
escamoteabas ágilmente,
llorá
las desgracias que creías ajenas,
la
soledad sin remisión al pie de un río,
la
culpa de la paz sin mérito,
la
siesta de barrigas rellenas de pan dulce.
Llorá
tu infancia envilecida por el cine y la radio,
tu
adolescencia en las esquinas del hastío, la patota.
el
amor sin recompensa,
llorá
el escalafón, el campeonato, el bife vuelta y
vuelta,
llorá
tu nombramiento o tu diploma
que
te encerraron en la prosperidad o la desgracia,
que
en la llanura más inmensa te estaquearon
a
un terrenito que pagaste
en
cuotas trimestrales.
AFTER
SUCH PLEASURES
Esta
noche, buscando tu boca en otra boca,
casi
creyéndolo, porque así de ciego es este río
que
me tira en mujer y me sumerge entre tus párpados,
qué
tristeza nadar al fin hacia la orilla del sopor,
sabiendo
que el placer es ese esclavo innoble
que
acepta las monedas falsas, las circula sonriendo.
Olvidada
pureza, cómo quisiera rescatar
ese
dolor de Buenos Aires, esa espera sin pausas
ni
esperanza.
Solo,
en mi casa abierta sobre el puerto,
otra
vez encontrarte en el café de la mañana
sin
que tanta cosa irrenunciable
hubiera
sucedido.
Y
no tener que acordarme de este olvido que sube
para
nada, para borrar del pizarrón tus muñequitos
y
no dejarme más que una ventana sin estrellas.
HIC
ET NUNC
La
nobleza, las grandes palabras, qué mal le van
a
esta ternura sin mejillas que tocar,
a
esta lengua sin labios que entender.
Envilece
un amor así que rebota en las paredes
del
cuarto
o
se va cayendo a pedazos de palabras, esto.
Es
inútil la argucia y la esperanza,
somos
la previsión,
los
ojos y la boca orientados al viento. ¿Qué me vale
lo
que fue, la suave crónica?
Siempre
andaré buscándote en el hoy
de
esta ciudad, de esta hora.
Si
me doy vuelta, oh Lot, eres la sal
donde
mi sed se hace pedazos.
Mira
de qué sustancias vivo,
pero
no me tengas lástima, yéndote así
todavía
más.
José
Alberto Santiago. “Antología de la poesía argentina”. 1973,
Editora Nacional.
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