ORACIONES
DEL ACERO
¡PONME
sobre un yunque, oh Dios!
Golpéame
y fórjame en una palanca de hierro.
Déjame
hundir viejas paredes,
déjame
alzar y deshacer viejos cimientos.
¡Ponme
sobre un yunque, oh Dios!
Golpéame
y fórjame en un perro de acero,
extiéndeme
dentro de las vigas que sostienen un rasca-
cielos,
toma
remaches al rojo blanco y trábame en las vigas
maestras.
Deja
que sea el gran clavo del cual pende un rascacielos
durante
las noches azules y estrelladas.
DINERO,
POLÍTICA, AMOR Y GLORIA
¿QUIÉN
colgó aquella jaula?
¿Quién
puso en ella barrotes y puertas?
¿Por
qué quieren salir los que están dentro?
¿Por
qué quieren entrar los que están fuera?
¿Por
qué se oye gritar continuamente dentro y fuera
de
la jaula?
¿Qué
significa este incesante e inútil golpeteo de alas
frustradas
contra los barrotes y puertas de esta jaula?
EL
MARTILLO
HE
visto irse
los
viejos dioses
y
llegar los nuevos.
Día
tras día,
año
tras año
los
ídolos caen,
los
ídolos surgen.
Hoy
adoro
el martillo.
BARROTES
¡GOLPEA
los barrotes!
lanza
tu grito de anhelo,
y
si puedes, sal.
Encuentra
al mar, encuentra a la luna,
si
puedes.
Cierra
las ventanas, abre las puertas.
¿No
hay ventanas? ¿No hay puertas?
¿No
hay mar? ¿No hay luna?
Lanza
tu grito, y sal, si puedes.
Agustí
Bartra. “Antología de la poesía norteamericana”. 1974, Plaza &
Janes.
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