Frente al silencio.

Frente al silencio.

martes, 24 de mayo de 2016

Bernardo Atxaga




EL ERIZO




El erizo despierta al fin en su nido de hojas secas,
y acuden a su memoria todas las palabras de su lengua,
que, contando los verbos, son poco más o menos
veintisiete.

Luego piensa: el invierno ha terminado,
Soy un erizo, Dos águilas vuelan sobre mí;
Rana, Caracol, Araña, Gusano, Insecto,
¿En qué parte de la montaña os escondéis?
Ahí está el río, Es mi territorio, Tengo hambre.

Y vuelve a pensar: Es mi territorio, Tengo hambre,
Rana, Caracol, Araña, Gusano, Insecto,
¿En qué parte de la montaña os escondéis?

Sin embargo, permanece quieto, como una hoja seca más,
porque aún es mediodía, y una antigua ley
le prohíbe las águilas, el sol y los cielos azules.

Pero anochece, desaparecen las águilas, y el erizo,
Rana, Caracol, Araña, Gusano, Insecto,
Desecha el río y sube por la falda de la montaña,
tan seguro de sus púas como pudo estarlo
un guerrero de su escudo, en Esparta o Corinto;
Y de pronto atraviesa el límite, la línea
que separa la tierra y la hierba de la nueva carretera,
de un sólo paso entra en tu tiempo y el mío;
Y como su diccionario universal
no ha sido corregido ni aumentado
en estos últimos siete mil años,
no reconoce las luces de nuestro automóvil,
y ni siquiera se da cuenta de que va a morir.










POEMA DE INVIERNO



Así fue como acabó el undécimo mes, Noviembre:
Con el canto de las ocas salvajes
que marchaban hacia el Sur.

Y tú miraste hacia aquel cielo, para decir:
Si tuviera alas, también yo me esforzaría
en busca de nuevas tierras,
también yo levantaría mi campamento
en una playa llena de banderas amarillas;
quizá entonces olvidara para siempre
las murallas y la gente de esta ciudad.

Y, recuerda, yo sólo te hice una pregunta:
¿Por qué somos tan infelices?
De morir un mes más tarde
habría visto nieve
en nuestro jardín.

Seguíamos hablando
cuando los oscuros ángeles
que se lo llevaron
se llevaron también la tarde.

Así fue como acabó el undécimo mes, Noviembre:
Con el canto de las ocas salvajes
que marchaban hacia el Sur.







Bernardo Atxaga. “Poemas&híbridos”. 1990, Visor. 




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