Voy
posponiendo. Debe ser porque un día me di cuenta que empecé por el
final. Lo último lo escribí lo primero. Pero no me mandaron ninguna
carta diciéndomelo. Estimado Luis, Lamentamos comunicarle que se
equivocó. No hubo nada de eso. Fue la única señal que ofrecen las
palabras, intuiciones. Desde ese día pospongo. Con una escoba voy
echando cosas hacia delante. Mi pensamiento infantil me indica con el
dedo que el terreno no pisado se llama futuro. Ahí lo guardo todo.
He llegado a pensar que las palabras están hechas de pan. En los
pueblos siguen cubriéndolo con un paño y dura una semana. ¿Quién
hace pan a diario? ¿Quién está tan loco? Pero el mío debe ser de
gasolinera. O pan de chino que a los diez minutos ya no cruje. Al día
siguiente me levanto y está duro. Voy posponiendo. Voy amontonando
harina seca para una ocasión especial. Cuando me muera quiero que lo
rallen todo y me entierren dentro. Volver al pan, no a la tierra, y
que desde allí crezcan si pueden las palabras y encuentren el camino
que yo no les di.
Luis
Acebes. 2016, de su muro de Facebook.
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