Frente al silencio.

Frente al silencio.

jueves, 20 de octubre de 2016

Álvaro Guijarro





¡II!


¡Doble pedal de angustiosas semifusas!
A este tren lo habitan monstruos amables,
diablillos y tristes teleoperadores gnomos.
(Me marcharé, o “¡me mato!”, o desayuno...)

La chapa de la fábrica -Infierno del fastidio-
libera a sus obreros cuando toca el gong.
¡Quién fuera humilde pensamiento de rotonda
al que van a parar los relojes derretidos!

Y tú, compacta vocecilla de estúpido megáfono,
calla, sucumbe, ¡calla ya!, y ama un poco...
(¿Cómo es que aquí también desembocando?)
¡Oh enamorado, la quieres 100% más que a Esa!

Hoy decido, sin duda, dormir una guitarra
establecer la sincronía del acto a la potencia.
(Hay una babosa de nieve en este túnel: ¡mierda!)
Siempre besar el tierno premolar del astronauta.





VIII


Mientras los politicuchos discuten por el cima,
la admiración es el primer paso hacia el amor.
Igualmente, no ser especialista, es ahondar
adentro del vértigo natural de la intuición.

Rodeado de 6 camas hinchables y un ayuntamiento,
revelé al mundo el absurdo de la inteligencia.
Lograr trazar un arco que hundiera a los teatrillos
gracias a la sutil contemplación de un tiovivo.

No sé. Estoy en paz tras un paseo y un océano,
por mucho que en mí vibres como cada ola diferente.
Darnos placer hoy de madrugada sería la Justicia.
Aunque tú de abogada de casi nada, disculpa, risas.

¡Amor!: hambre poderosa como la garganta
de un grillo, voy a enloquecer entre esta hierba.
Cuatro de la mañana en un frondoso país muerto.
¡Carisma! ¡Revolución de este universo soso!









XVIII


Posmoderno es tirarse un pedo ante un piano
y ser reconocido como artista conceptual.
¿Por qué el uso, ¡uso! espacial y de procesos
antes que nuestro anatema íntimo o ese arrebol?

Sin insufrible densidad -ese acto delincuente
de aquellos que nunca hablarían de tortugas-,
mi amor y yo, gastronómicamente, resolvíamos
diversos facilones temas de manera natural.

Por ejemplo, sugiero su mueca en la penumbra
agitándose su cuerpo como el de una nadadora
después de acertar proclamando otra vanguardia.
(Su pelo, cobre, botaba como un concierto.)

Pero el caso es que se están cultivando pirañas
en piscinas, vamos comprendiendo el Desarreglo
y, muy transgénicos, vuestros culturetas hábitos
medianos se han topado con el aplauso del Mal.





44


Espero no empezar como Leopoldo Mª Panero.
Y digo esto porque acabo de solicitar la primera
Coca-Cola del Viaje: sostengo varios cigarros...
Me da temor -¡es broma!- su vaguería perpetua.

Como deslanando el hocico de aquella torreta,
mi par de estómagos -¡higado!- Salud florecen.
Si no me contratan ya para algo interesante,
me saco una FP, mochila, peine y a Honduras.

¡Maestro!: “facundo ofertorio de los cholos”,
me digo no traerte cuando tus vértebras granizan.
¿Ahora?: ¡Olvidar!, aunque resulte imposible...
No posible como un profeta allí, en un spa.

Se bajan ya los toldos: pinchitos de tortilla
de todos los poliedros, ¡incluso cacofónicos!
Estoy hablando con Jean Cocteau en la arena.
No citar, Crear. No citar aunque sean 2000 años.






Álvaro Guijarro. “ La postpunk amante de Tiresias”. 2013, Ediciones Canallas.



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