Frente al silencio.

Frente al silencio.

miércoles, 26 de octubre de 2016

Abraham Gragera





TESTAMENTO (NOTAS A PIE DE PÁGINA)



      Unos meditan en cualquier cosa mientras el agua cede su silueta al lavabo. Y no son alfareros. Otros dirán, al descubrir residuos de su cuerpo en la mayólica: leopardo, impidiendo que se oiga el rugido del desagüe. Pero la ráfaga que emparentó las hojas viudas que bailaban lentas sobre el bronce escamoso del tejado, con las olas sin mar de unas palabras en griego antiguo, no estampó su firma. Y qué podrá su generosidad decirnos salvo no hay por qué o de nada.

      La muchacha del Hotel Juventud llenaba cubos, apilaba ropas, frotaba espejos como si borrara del piso de madera su saludo resinoso: un pétalo crujiente, el manso crepitar del bosque checo. Otros serían, en cambio, sus reparos al modo en que cada uno sueña con llevar algo a cabo sin formar parte de ello: objetos que no acusen, preguntas que llegué o no a formular:

      ¿Qué es el sexo? ¿Es también el azar en tu idioma primera obligación del día, una modalidad distinta de retirar las sábanas; tus pies que sobreviven a un pasillo resbaladizo para terminar en una habitación desordenada; analogías que legislan la aparente unidireccionalidad de la rosa?

      Las campanas tontean. Pacientemente esquila el sol el cielo. Ya en el papel, la dejo recogiendo aquella nota absurda como un himno de emotividad. Dejo también una casa caliente sobre el empedrado, las estatuas doradas de un palacio vecino, puentes sorprendidos en la espina dorsal de una caricia que no pueden barrer los abedules: algunas sugerencias para el último segundo.










Luis Antonio de Villena. “La lógica de Orfeo. (Antología)”. 2003, Visor.





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