LA
LANZA
(Últimas
palabras de Ahab.)
―¡Doy
la espalda al sol! ¿Qué haces, Tashtego? Déjame oír el son de tu
martillo... ¡Oh mis tres invencibles espiras, mi intacta quilla y mi
casco sólo maltratado por Dios, y tú, cubierta firme, y timón
altivo, y proa orientada hacia el polo! ¡Barco de gloriosa muerte!
¿Has de perecer, y sin mí? ¿Me veré privado de la última
satisfacción del más mísero de los capitanes náufragos? ¡Oh
solitaria muerte tras solitaria vida! ¡Oh, ahora comprendo que mi
mayor grandeza reside en mi mayor dolor! ¡Ea! ¡Desde vuestros más
remotos confines, saltad ahora, audaces olas de toda mi vida pasada,
y sobrepujad esta encrespada ola de mi muerte! Hacia ti ruedo,
ballena destructora e invencible; lucharé contra ti hasta el fin;
desde el corazón del infierno te acuchillo, y el odio hace que te
escupa mi último aliento. ¡Hunde todos los ataúdes y féretros en
un charco común! ¡Y ya que ninguno ha de ser para mí, déjame ser
remolcado a pedazos, mientras sigo persiguiéndote, maldita ballena!
Así,
entrego mi lanza.
El
arpón fue lanzado...
(De
Moy Dick)
Agustí Bartra. “Antología de la poesía norteamericana”. 1974, Plaza & Janes.
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