las
almas de los animales muertos
al
salir del matadero
había
un bar a la vuelta d ellas esquina
y
yo me sentaba allí
a
ver la puesta de sol
por
la ventana,
una
ventana que daba a un solar
lleno
de altos hierbajos secos.
nunca
me duchaba con los chicos en las
instalaciones
después
del trabajo
así
que olía a sudor y
sangre.
el
olor a sudor remite al cabo de un
rato
pero
el olor a sangre se condensa
y
gana en intensidad.
fumaba
cigarrillos y bebía cerveza
hasta
que me sentía con fuerzas para
coger
el autobús
con
las almas de todos aquellos animales
muertos
que me
acompañaban;
la
gente volvía la cabeza hacia otro lado
las
mujeres se levantaban y se alejaban de
mí.
al
bajar del autobús
sólo
tenía que caminar una manzana
y
subir un tramo de escaleras hasta mi
habitación
donde
ponía la radio y
encendía
un cigarrillo
y
nadie reparaba en mí
ya.
cooperación
lo
dice con buena intención.
toca
el piano
me
dice
no
te sienta bien
no
escribir.
sale
a dar un paseo
por
la isla
o
en barco.
creo
que se ha llevado una novela moderna
y
las gafas de cerca.
me
siento en la ventana
con
su máquina de escribir eléctrica
y
miro lo culos de las muchachas
emparejadas
con
muchachas.
la
decadencia final.
he
publicado 20 libros
y
6 latas de cerveza.
los
turistas suben y bajan en el agua
los
turistas caminan y hablan y sacan
fotografías
y
beben
bebidas sin alcohol.
no
me sienta bien no
escribir.
ahora
ella está en un barco, un
recorrido
turístico
y
piensa, mirando
las
olas ―
“son
las 2:30 p.m.
debe
de estar escribiendo
no
le sienta bien no escribir.
esta
noche habrá otras cosas que hacer.
espero
que no beba
demasiada
cerveza. es mucho mejor
amante
que Robert
y
el mar está precioso”.
los
orgullosos
moribundos
flacos
veo
a los pensionistas en los
supermercados
y están flacos y son
orgullosos
y se están muriendo
se
están muriendo de pura hambre y no dicen
nada.
tiempo atrás, entre otras mentiras,
les
enseñaron que el silencio era
valentía.
Ahora, después de toda una vida trabajando,
la
inflación los ha atrapado. miran a un lado y otro,
roban
una uva
la
mastican. al final hacen una mínima
compra,
para el día.
otra
mentira que les inculcaron:
no
robarás.
prefieren
morirse de hambre antes que robar
(una
uva no los va a salvar)
y
en cuartuchos diminutos
leyendo
la publicidad del súper
morirán
de hambre
morirán
sin hacer un solo ruido
y
los sacarán de su pensión
muchachos
rubios en camilla al
coche
y marchando, esos
muchachos
de
apuesta mirada
que
andan pensando en Las Vegas y en coños y
triunfos.
es
el orden de las cosas: a todos
nos
dan a probar la miel
luego
el cuchillo.
arte
a
medida que
el
espíritu
mengua
aparece
la
forma.
Charles
Bukowski. “Toca el piano borracho como un instrumento de percusión
hasta que los dedos te empiecen a sangrar un poco." 2014, Visor.
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