II
Y
aunque en nada consista el porvenir,
y
se abre el abismo entre mi pecho
y
la mañana solitaria magnífica,
la
flor incandescente atraviesa
el
espantajo de la noche
cubriente
y la alegría
de
su ente moribundo,
como
dos amantes que se besan
en
este precipicio entre mis ojos
de
calle y la pared de enfrente.
Amarillos
blasones columpian
la
estrecha rendija,
el
sol columbra nuevas soledades,
nieve
perpetua y rosa la sombra.
alto
vuelan los vencejos
bajo
la ubre de la ciudad
celeste.
LA INTEMPERIE
un
alfeñique rayo de luz
que
caminaba por tu boca
hablaría
más del sol y de la nube
que
el universo cuando se despereza.
sobre
ti me falta algo
entre
las piernas que se parece
al
hueco acostumbrado
entre
la noche y mi espalda.
como
ya soy camino
de
las otras huellas,
mi
carne se enternece,
el
tirabuzón de tus brazos
afina
mi cintura y ensancha
mis
caderas.
hace
frío,
las
piedras se han parado
y
ya no oigo los motores
de
esta tierra de espanto
el
augurio de la inercia
desenfrenada:
lucen
las costas calientes
bajo
el sol cándido
de
cualquier playa al mar.
en
esta doméstica resolución
en
la que me prescribo,
no
niego que me impulsa
el
miedo a olvidar
manta
y almoneda.
Claramente:
no te alejes.
ABRIR LOS
OJOS
a dormir,
corazón,
cantaba la
canción.
posar
mis ojos en un instante,
descubrir
que el mundo
no
se hizo en un día sino
en
tus cuatro extremidades,
solventar
aritmética de relojes
y
gusanos universales horadando
las
paralelas estancias que habitamos,
remedar
sin pausa la lentitud de la flor
al
abrirse, el remero de las olas
al
habituar al mar
con
su vehemente persistencia
y
comunicar que no somos dioses sino
algarabías
devaluadas
por
nuestra especialidad
en
menospreciarnos,
y
así,
decaer
nuestras manos
hasta
que el oro no las halle.
eso
he vuelto a descubrir
hoy,
nuevo hoy, el abismo
de
nuevo, tu soledad.
CUERPO
EXTRAÑO (XENOFILIA)
me
falta oxígeno y todos
expeléis
dióxido
de
carbono. Desearía
ser
planta caso
de
que pudiera.
Lo
que sucede es que así
me
sentiría entre ellas
como
me siento entre ustedes.
Y
entonces desearía
ser
una humana de día
y
dormir de noche ajena.
Algo
ha crecido torcido
dentro
de mí
y
no es un árbol.
O
el dolor ha crecido derecho
y
es mi columna.
Sofía
Serra Giráldez. “Suroeste”. 2015, Ediciones En Huida.
2 comentarios:
Gracias, acróbata.
A ti, Sofía.
Besos y mucha suerte para el 2016.
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