RAZÓN DE AMOR
[25]
¡Cómo
me dejas que te piense!
Pensar
en ti no lo hago solo, yo
Pensar
en ti es tenerte,
como
el desnudo cuerpo ante los besos,
toda
ante mí, entregada.
Siento
cómo te da a mi memoria,
cómo
te rindes al pensar ardiente,
tu
gran consentimiento en la distancia.
Y
más que consentir, más que entregarte,
me
ayudas, vienes hasta mí, me enseñas
recuerdos
en escorzo, me haces señas
con
las delicias, vivas, del pasado,
invitándome.
Me
dices desde allá
que
hagamos lo que quiero,
unirnos,
al pensarte.
Y
entramos por el beso que me abres,
y
pensamos en ti, los dos, yo solo.
Pedro
Salinas. “La voz a ti debida. Razón de amor. Largo Lamento.”
1995, Cátedra Letras Hispánicas.
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