Frente al silencio.

Frente al silencio.

jueves, 7 de septiembre de 2017

Pedro Andreu



16.


      Alicia había escuchado las veintitrés versiones de Love Song cuatro veces seguidas. La cinta que yo le había prestado. Estaba sola en casa. Se fumó tres petardos mientras lo hacía. Cuando quiso darse cuenta, había anochecido, pero no tenía hambre. Una extraña melancolía la había desplazado. Era una pena amarilla y gastada que fue carcomiéndola desde los auriculares. Una tristeza que había enraizado rápido y florecía en su sangre y cerebro. Eran flores negras y hediondas. Algo sutil que la descuartizaba en silencio. Alicia se vio impulsada a salir al balcón. Precisaba respirar aire. Alejar el hedor de su congoja. Dieciséis pisos abajo se extendían las calles. Y parecían falsas. El neón de los comercios latía a destiempo. Los semáforos cambiaban con pereza de color. El tráfico avanzaba y se detenía en su baile metálico y ausente. Una desolación gaseosa la había dominado. De súbito, trepó a la baranda y saltó, como un ángel sin alas. La ciudad contuvo la respiración por un instante y el tiempo casi se detuvo. Luego la realidad aceleró su ritmo y Alicia impactó contra el asfalto, dejándolo perdido de plumas invisibles y vísceras calientes.
      Horas más tarde, cuando la ambulancia levantó el cadáver y los patrulleros se alejaron, quedó un monstruo de tiza dibujado sobre el asfalto.
      Pronto empezó a llover y la silueta se desborró en los charcos.








Pedro Andreu. “Dátrebil”. 2017, Frida Ediciones.




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