Grandes lagos
LOS
SUEÑOS
La
primera noche
que
el cosmonauta ruso
Alexey
Solovióv
durmió
en el espacio
soñó
con las praderas verdes
que
rodeaban la casa de sus padres
en
Siberia
y
también con las teselas
azules
como el mar
de
los pasillos abovedados
del
metro de Novosibirsk.
Cómo
relucían
el
día de la inauguración,
en
septiembre de 1987,
cuando
él tenía nueve años.
SUVENIR
Y
de pronto
la
noche se hizo
rodaja
de naranja azul:
refrescante,
dulce e imposible.
Tu
saliva en mi boca.
Eso
me traje de aquel viaje.
No
sé qué estarías bebiendo,
pero
no lo encuentro en estos bares.
SÉPTIMA
NOCHE, 4 A.M.
En
la ventana de la trescientos tres.
El
letrero luminoso vertical
brilla
a mi izquierda:
H
T
E
L
Echo
de menos esa O.
El
círculo. La unión. El hogar.
El
abrazo cálido de esa O. Y el tuyo.
A
VECES ME DIGO
¿Sabes?
En
realidad
quería
ser jardinero,
quizá
panadero, incluso apicultor,
cosas
así, un trabajo pacífico y tranquilo,
tener
la suerte de tener una habilidad sencilla,
ejercerla
por mi cuenta y ganarme la vida con ella.
Cuidar
del color y el perfume,
proporcionar
alimento,
convertir
en dulzura
el
gran zumbido
del
mundo.
En
fin, hacer algo digno.
Ser
un tipo decente.
A
veces me digo que esto no es tan distinto.
Iván
Rojo. "Grandes lagos". 2017, de descarga libre. Aquí el
enlace donde nos lo regala: https://ivanrojo.files.wordpress.com/2017/09/grandes-lagos.pdf
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