&
Nos
citamos por primera vez
en
un poema
desde
entonces no lo sabes
pero
siempre que te acercas
me
traes flores.
&
El
verano previo a ti
fue
consagrado al miedo a envejecer
no
tengo fuerzas para enamorarme
y
fracasar una vez más, decía
me
castigué negándote, no quería engañarme
como
hacen los enfermos desahuciados
prefería
amargura y soledad
antes
que ceder a una ilusión
te
vi y no sentí ninguna esperanza
sino
casa, como cuando el rescate era un juego
casa:
tenías manos de albañil.
&
Viajar
hasta el pasado
volver,
pongamos, a los veinte
follarte
con la piel nueva y el descaro suicida
que
disimula la timidez
follarte
con la energía de la abducción
con
la ferocidad de un secuestro
a
punta de navaja
y
mientras duermes dejarte esta nota:
“volveremos
a vernos
apenas
en dos décadas
disfruta
mientras ardes
pero
desconfía de apariencias:
ese
par de cuarentones
tan
fácil de ignorar ahora
seremos
nosotros un día
después
de pasear normales
tendremos
la misma hambre
y
nos engulliremos
como
adultos que de niños
conocieron
la guerra”.
&
Necesitaba
conocer a alguien
y
a pesar de conocerlo amarlo
que
el amor no fuera pantalla, venda
sino
colchón, un techo, agua fría en la cara
droga
del día después
palabras
muy concretas:
¿qué
te apetece comer mañana?
Ana
Pérez Cañamares. “de regreso a nosotros”. 2016, Ya lo dijo
casimiro parker.
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