Frente al silencio.

Frente al silencio.

martes, 5 de mayo de 2015

José Pastor González.




barrer para casa


mi madre
estuvo durante tres años
todos los sábados
limpiando
la casa y el bufete
de un afamado y rico
matrimonio de abogados vallisoletanos
estos
para asegurarse
de la eficacia y honradez de mi madre
escondían
monedas de veinticinco pesetas
como si las hubieran perdido involuntariamente
en rincones inverosímiles
junto a la fotocopiadora, bajo el revistero de la sala de espera,
entre las macetas de la terraza, detrás del televisor...
monedas que mi vieja sólo encontraría si se esmeraba
al barrer, fregar o limpiar el polvo
mi madre
que siempre ha limpiado a conciencia
daba con ellas
y las dejaba
honradamente
en un cenicero
que había en la enorme mesa del salón,
haciendo cuentas
(50 sábados al año por 3 años por veinticinco pesetas)
le deben
tres mil trescientas cincuenta pesetas
y unas disculpas






no hay bandera blanca en mis ojos


hay días en que soy in capaz de deshacer un nudo
incapaz de mantenerme en pie
incapaz de encontrar algo hermoso por lo que sonreír
días en que me daña cualquier palabra
en que me espanta cualquier ruido
en que me duele respirar
en que se me escapan las lágrimas
en que se me cae el cigarro entre los dedos
en que no estoy para nadie
hay días en que puedo escalar sin oxígeno el K2
preparar exquisito sushi para mis amigos
o escribir una canción como Jumpin´ Jack Flash
días en que puedo bailar hasta que salga el sol
y venirme para casa con la chica más guapa de la fiesta
días en que no acepto la derrota
pero no hay término medio
y es jodido vivir en esta montaña rusa
los dioses son caprichosos conmigo
y no me dan respiro
pero yo no me rindo






he ahí la cuestión


esperar o marchar










mientras espero el autobús


un hombre
que para volver
del trabajo a casa
tiene que coger el autobús
y oler
pedos
sobacos
y pies
de desconocidos
es un fracasado






tomando una cerveza un domingo soleado de otoño


estamos resacosos
y todo va como a cámara lenta
pero no hay prisa ninguna
no hay horarios, jefes, peleas
sentados al sol
bebiendo cervezas
hablamos de motos, economía, fútbol, política, música
cada uno con su estilo, manías, aficiones
sin que tenga la mayor importancia
hablando de planes, de viajes, de chicas, de conciertos
cada uno con sus sueños, esperanzas, ilusiones
sin que tengan la menor posibilidad de realizarse
pero aquí estamos
bebiendo con sed
felices
moviéndonos al ritmo del sol
hasta que la sombra llega a todos los rincones de la terraza del bar
y pillamos unos litros
y subimos a casa a hacer arroz con conejo
hay cientos de formas de hacer un buen arroz
sólo es cuestión de tomárselo con calma
y las cervezas ayudan
y la música
y la buena compañía
después del exquisito arroz
un café con un chorrito
unos whiskys
y el fútbol, los planes, la economía, la música, las chicas y las cervezas
y una partida al tute cabrón
para ver quién friega los cacharros
y así pasa la tarde
otro día ganado
mañana será otro día
y toca madrugar
para que el próximo domingo
podamos tomar unas cervezas
por nuestra salud






lecciones de jardinería


nos estáis echando tanta mierda encima
que estáis abonando nuestro odio







José Pastor González. “alguien tiene que limpiar la mierda”. 2013, ediciones RaRo.




1 comentario:

tsb dijo...

De nada, José. Un placer.

Abrazote!