Te
pienso
y aprendo recordándote.
Me siembras un segundo y mil instantes
sobre este labio que se apaga en el relámpago
con un rayo que encandila todo el cuerpo
y a las islas de la noche
que no ahogan
el silencio.
y aprendo recordándote.
Me siembras un segundo y mil instantes
sobre este labio que se apaga en el relámpago
con un rayo que encandila todo el cuerpo
y a las islas de la noche
que no ahogan
el silencio.
Te
pienso en esta orilla triste
de las olas,
pero sólo vuelan
pájaros
y ausentes,
mis ciegos dedos
en las manos
de la lluvia.
de las olas,
pero sólo vuelan
pájaros
y ausentes,
mis ciegos dedos
en las manos
de la lluvia.
Porque
hay que leer
hasta llevarse el corazón.
Que todo nazca si te nombro, si respiro...
que el aire crezca,
que el sueño
se ilumine.
hasta llevarse el corazón.
Que todo nazca si te nombro, si respiro...
que el aire crezca,
que el sueño
se ilumine.
La
sombra del guaidil
© Domingo Acosta Felipe. 2015, de su muro de Facebook
© Domingo Acosta Felipe. 2015, de su muro de Facebook
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