Frente al silencio.

Frente al silencio.

sábado, 17 de enero de 2015

Juan Luis Panero




             RETORNO A HOLLYWOD



Allá, en la sala de la funeraria, rodeado de poca gente,
maquillado y teñido, <<Se diría que está vivo>>
sólo en sus manos se notaba el estrago del alcohol
        y los años,
Scott Fitzgerald esperaba el tren de regreso al hogar.
<<Pobre hijo de puta>>, sentenció Dorothy Parker delante
          del ataúd.
Después cargaron la caja con destino a Baltimore
para terminar de una vez la comedia.
Pero al llegar allí, surgieron los problemas
y pese al cuidadoso maquillaje y al vistoso teñido,
el obispo católico le negó la tierra y la bendición
notoria era su inmoralidad y pecaminosas las páginas
        escritas.
Así que retocado el rojo de los labios
y cubiertas sus manos con una bandera de la Unión,
cerraron el ataúd y regresaron al tren.
Desde entonces, a lo largo y a lo ancho del país,
su cadáver ha seguido viajando y viajando,
deteniéndose de vez en cuando —infructuosamente—
en algún cementerio o exhibido en las ferias locales.
Hoy, en toda América es famoso el tren de Scott
y la última noticia que tuve de él
es que acababa de pasar por la estación de Denver,
de regreso a Hollywood, al éxito y la fama.







Juan Luis Panero. “20 años de Poesía. Nuevos textos sagrados (1989-2009)". Antología. 2009, Tusquets editores.





2 comentarios:

José Luis Martínez Clares dijo...

No hay forma de enterrar a Fitzgerald. Ni a Panero. Un saludo

tsb dijo...

Y que no la encuentren. Saludos, José Luis.