Frente al silencio.

Frente al silencio.

jueves, 18 de septiembre de 2014

Henry Miller.


Fragmento


Necesitaba algo para reconciliarme conmigo mismo. Anoche lo descubrí: Papini. No me importa que sea un patriotero, un beato o un pedante miope...Como fracasado, es maravilloso.

¡Los libros que había leído...a los dieciocho años! 
No sólo Homero, Dante, Goethe, no sólo Aristóteles, Platón, Epitecto, no sólo Rabelais, Cervantes, Swift, no sólo Walt Whitman, Edgar Allan Poe, Baudelaire, Villon, Carducci, Manzoni, Lope de Vega, no sólo Nietzsche, Schopenhauer, Kant, Hegel, Darwin, Spencer, Huxley...no sólo eso, sino también todos los autores entre ellos. Eso en la página 18. Alors, en la página 232 se derrumba y confiesa. No sé nada, reconoce. Conozco los títulos, he compilado bibliografías, he escrito ensayos críticos, he calumniado y difamado...Puedo hablar durante cinco minutos, o durante cinco días, pero después me agoto, quedo exprimido y seco.

Esto es lo que sigue:<< Todo el mundo quiere verme. Todo el mundo insiste en hablar conmigo. Todo el mundo me importuna e importuna a los demás preguntando qué hago. ¿Cómo estoy? ¿Estoy ya totalmente recuperado? ¿Sigo dando paseos por el campo? ¿Trabajo? ¿He acabado el libro? ¿Comenzaré otro pronto?

>> Un alemán enjuto como un mono quiere que traduzca sus obras. Una muchacha rusa de ojos visionarios quiere que escriba una relación de mi vida para ella. Una dama americana quiere saber las noticias más frescas sobre mí. Un caballero americano está dispuesto a enviar su coche para llevarme a comer: sólo una charla íntima, confidencial, ¿sabe usted? Un antiguo compañero de estudios y camarada, de hace diez años, quiere que le lea todo lo que escribo tan pronto como lo haya escrito. Un amigo pintor que conozco pretende que pose para él por horas. Un periodista quiere mi dirección actual. Un conocido, místico él, pregunta por el estado de mis finanzas. ¡El presidente de mi club se pregunta si daré una charla a los muchachos! Un dama, de inclinaciones espiritistas, confía en que vaya a su casa a tomar el té lo más frecuentemente posible. Quiere saber mi opinión sobre Jesucristo y..., ¿qué pienso de esa nueva médium?

>> ¡Dios! ¿En qué me he convertido? ¿Qué derecho tenéis, todos vosotros, a entorpecer mi vida, a robarme el tiempo, a explorar mi vida, a chupar mis pensamientos, a considerarme vuestro compañero, confidente y oficina de información? ¿Por quién me tomáis? ¿Acaso soy un animador a sueldo, a quien exigen cada mañana que represente una farsa intelectual ante vuestras estúpidas narices? ¿Es que soy un esclavo, comprado y pagado, para arrastrar el vientre por el suelo ante vosotros, holgazanes, y poner a vuestro pies todo lo que hago y todo lo que sé? ¿Soy acaso una prostituta en un burdel que ha de levantarse las faldas o quitarse la camisa a petición del primer hombre vestido con traje a medida que se presente?

>> Soy un hombre que desearía vivir una vida heroica, hacer el mundo más soportable a su vista. Si, en algún momento de debilidad, de relajación, de necesidad, me desahogo dejando escapar un poco de cólera ardiente cristalizada en palabras-un sueño apasionado, envuelto y atado con imágenes-, pues...tomadlo o dejadlo...¡pero no me molestéis!

>> Soy un hombre libre...y necesito mi libertad. Necesito estar solo. Necesito meditar sobre mi vergüenza y mi desesperación en soledad; necesito el sol y los adoquines de las calles sin compañía, sin conversación, cara a cara conmigo mismo, con la compañía exclusiva de la música de mi corazón. ¿Qué queréis de mí? Cuando tengo algo que decir, lo publico. Cuando tengo algo que dar, lo doy. ¡Vuestra inquisitiva curiosidad me revuelve el estómago! ¡Vuestros cumplidos me humillan! ¡Vuestro té me envenena! No debo nada a nadie. Sólo sería responsable ante Dios...¡si existiera!>>

Me parece que a Papini se le escapa algo por un pelo, cuando habla de la necesidad de estar solo. No es difícil estar solo, si eres pobre y fracasado. Un artista siempre está solo...si es un artista (…)






Henry Miller. “Trópico de Cáncer”. 1986, Plaza & Janés editores.




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