Frente al silencio.

Frente al silencio.

martes, 2 de septiembre de 2014

Enrique Vila-Matas.


Fragmento.


Fue tan grande la ola de suicidios que Skip Canell, íntimo amigo de Johnson, pidió a Rigaut que, siendo como era una autoridad reconocida en materia de suicidios, publicara sin tardanza un llamamiento urgente a la juventud e intentara que ésta desistiera de tanta inclinación suicida. Así fue cómo a finales de diciembre del año 1924, apareció en las páginas del New York Times una carta al director, firmada por Jacques Rigaut:

<<No hay motivos para vivir, pero tampoco hay motivos para morir. Desearía, señor director, que, a través de esta carta, los jóvenes de su ciudad comprendieran que la única manera con que se nos permite demostrar nuestro desdén por la vida, es aceptarla. La vida no merece que nos tomemos el trabajo de abandonarla...El suicidio es muy cómodo, demasiado cómodo: yo no me he suicidado. Subsiste un pesar y es que no quisiera partir sin antes no estar seguro de que me llevo conmigo la estatua de la Libertad, el amor o los Estados Unidos. Envío, desde estas páginas, mi más enérgica protesta ante esa oleada absurda de suicidios en los puentes colgantes. Jóvenes de Nueva York, elegid suntuosos hoteles si queréis abandonar esta vida. Hay hoteles que son, francamente, muy literarios. Después de todo, el mundo de las letras descansa en los hoteles de la imaginación. En Europa lo saben desde hace tiempo y sólo se consideran elegantes los suicidios en el Ritz.>>





Enrique Vila-Matas. “Historia abreviada de la literatura portátil”. 1985, Editorial Anagrama.



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