Frente al silencio.

Frente al silencio.

domingo, 12 de noviembre de 2017

Josep M. Rodríguez




TUMBA ABIERTA DE UN NIÑO


Despiertas
                  y estás dentro de un alud,
sepultado en su luz blanca, de nieve.

Ficticia sensación de empezar algo de nuevo,
como un cuentakilómetros
que da toda la vuelta.

¿Y tu niñez,
su fábula de fuentes?

Cada día que pasa, los objetos
van ganando más peso o densidad.
El tiempo. La memoria.
Los buitres, que construyen
en tus ojos
                  su nido.

Ficticia sensación de estar echando tierra
sobre el féretro de alguien que no ha muerto.

Poesía,
sangre seca.





A ESTE LADO DEL RÍO


Crecen flores silvestres
en las vías de tren abandonadas.

Se percibe el pasado a cada instante.

En bandada,
                     los ánades salvajes
vuelan hacia el verano

(o acaso son el hilo de esa gran marioneta
que no adivino a ver,
pero que es mi futuro).

Acuérdate de Bishop:
en el tiempo se puede confiar.

Sin embargo, no estaba preparado
para el comienzo
de la monotonía.

Toda mi confianza, inherente a ser joven,
era de hielo

y pronto se deshizo.

Me reconozco en lo que está incompleto.

¿Qué más puedo decir?

Mi corazón
es una cuenta atrás.







JARDÍN

Después de la tormenta,
las hojas que han caído alrededor del árbol
empiezan a pudrirse.

Gotean los rosales:
son un cuadro de Pollock
queriendo deshacerse.

Mi madre me contó
que la primera vez que vi la lluvia
empecé a llorar,
como si por entonces ya entendiera
que en la belleza hay algo doloroso.

Es invierno. Y hay una bruma leve,
fría,
como un velo de novia en la mesa de autopsias.

Dime,
¿qué crees tener ya que no hayas perdido?






Josep M. Rodríguez. "Sangre seca". 2017, Hiperión.


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