JARDÍN
DE VIDRIO
ten
en cuenta que la luz se espina
si
no la comprendemos
hay
que no podarle los cuerpos,
jardín
de vidrio,
y
tú lo has entendido al fin.
ahora
el alma cristaliza en tu boca
al
decir "te esperaré del todo"
porque
del todo es esperarme
a
la salida de tu espuma,
"te
esperaré del todo" dices
y
una gota de pie sobre tu memoria
te
abre la vida
del
todo
qué
vas a hacer ahora si tienes el alma
en
la boca
como
una piedra expectante,
a
quién besarás ahora
sin
herir de eternidad.
UN
FUEGO
esta
ardiente repetición
que
son las amapolas,
esta
forma suya de recoger la sangre
si
todo es azul o verde
o
impasible
y
la lluvia es de un mármol rojo
que
no es exactamente el suyo,
esta
tendencia que tienen de flores
cuando
son labios flojos de tender eso
que
sabemos anhelo
es
porque el amor se abre paso
a
fuerza de no tener razones
más
que un fuego.
NOSOTROS
LAS OLAS
salen
de la nada
salen
siguiéndose
salen
como si tuvieran
la
visión más urgente
de
la soledad
y
supieran dónde terminar
para
encontrarla
de
tan hermosa
de
tan perdida su soledad
la
buscan
alineadas
tan
lejos siempre de sí mismas
entonces
se
enamoran pecho arriba
suben
sus cuerpos
tiembla
el lenguaje de deseo
en
sus bocas borrosas
repica,
son
las ruinas en fuga
que
el cielo fabrica
para
hacer más consistente
nuestra
nostalgia infinita
y
yo llevo aprendiéndome en ellas
desde
siempre desde niña.
las
conozco bien
las
busco
las
reclamo
me
las abro en el corazón
cada
noche,
que
tengo el alma de una grieta
entre
el pecho
las
conozco bien,
recordadlo.
pero
sabed que hay un instante en que ellas
olvidan
olvidan
los fríos amores
y
ensanchan sus pulmones rendidos
para
decir:
esta
vez moriré mejor
esta
vez naceré mejor
esta
vez moriré mejor.
las
olas,
que
a punto de romper en la orilla,
a
solas con su soledad
se
ponen a jugar
a
la vida.
Gabriela
Amorós Seller. "El estuario rojo". 2017, Izana editores.
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