El
sentido de la lucha
EN
EL PARO
Atravieso
una ciudad de la que ya nada espero
Entre
seres humanos distintos cada vez
Me
lo sé de memoria, este metro elevado;
Transcurren
días enteros sin que pueda ni hablar.
¡Ah!
Esos mediodías, regresando del paro
Pensando
en el alquiler, meditación sombría,
Prefieres
no vivir, pero igualmente envejeces
Y
nada cambia en nada, ni el verano, ni las cosas.
Al
cabo de algunos meses, pasas al subsidio
Y
el otoño vuelve, lento como una gangrena;
El
dinero se vuelve la única idea, la única ley,
Estás
realmente solo. Y te quedas atrás, atrás...
Los
otros continúan con su danza existencial
Tú
estás aislado tras un muro transparente;
El
invierno ha vuelto. Su vida parece real.
Tal
vez, en algún sitio, te espera el porvenir.
★
Él
camina en la noche, la mirada repleta de muerte
Y
el frío se intensifica en los cruces
Hace
más de un año que no hace el amor;
Los
seres humanos se cruzan, se oye el rozar de los cuerpos.
Él
camina por la ciudad con una consigna,
De
verdad que es curioso ver vivir a los demás,
Contemplar
la vida como quien lee un libro
Y
haber olvidado hasta el sabor de la nostalgia.
Él
marca el código, ya está otra vez en su estudio
Y
una mano helada se posa en su corazón
Definitivamente
alguien ha cometido un error
Ya
no le quedan ganas de escuchar la radio.
Él
está solo, ahora, y la noche es inmensa
Roza
las cosas con mano insegura
Las
cosas siguen ahí, pero pierde la razón
Y
atraviesa la noche en busca de un sentido.
★
Siempre
he tenido la impresión de que éramos cercanos, como dos frutos
nacidos de una misma rama. El día se eleva en el mismo momento en
que te escribo, los truenos retumban suavemente; será una jornada
lluviosa. Te imagino incorporándote en tu cama. Esa angustia que
sientes, la siento yo igualmente.
La
noche nos abandona
La
luz delimita
De
nuevo a las personas,
Las
diminutas personas.
Tumbado
sobre la moqueta, observo con resignación cómo la luz progresa.
Descubro unos cabellos en la moqueta; esos cabellos no son los tuyos.
Un insecto solitario escala los tallos de lana. Mi cabeza cae, se
alza de nuevo; siento verdaderos deseos de cerrar los ojos. Hace tres
días que no duermo; hace tres meses que no trabajo. Pienso en ti.
Michel
Houellebecq. “Poesía”. 2012, Anagrama.
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