Frente al silencio.

Frente al silencio.

viernes, 3 de agosto de 2018

Roberto R. Antúnez




Caravaggio
pintó un cuadro que se perdió para siempre
en un terremoto en Nápoles.
Era una Resurrección de Cristo
distinta al resto.
El resucitado
salía del sepulcro por su propio pie
con la mirada perdida
y una inequívoca expresión de dolor.
Nada de volar por encima de los centuriones,
ni pan de oro, ni cetros, ni la angustia policromada.
La herida del costado seguía abierta
pero no manaba sangre.
En ese cuadro que ya no existe,
si el observador pudiera fijarse con atención
en el cielo estrellado,
podría percibir
las extrañas luces
de unos platillos volantes
que se alejaban veloces de este planeta
pero que no tardarían en volver.



En las paredes del sexo
de una mujer
escribes
la plegaria
del goce
que estalla luminosa en los espejos
sin sujeto ni predicado.
No tiene sentido
desdecirse
a estas alturas,
cuando
existe un bosque
que aguarda
el arrepentimiento
húmedo y sincero
del pirómano.
Pero a ti toda esa mierda
no te vale de nada.
Sueñas
con campos y campos de heno,
cerillas
y una lata de gasolina.




Un paseo
por el jardín,
uns fotos,
un intercambio de regalos
y unos ejemplares firmados de "El Almuerzo Desnudo".
"In Utero"
en versión remasterizada,
agua con soda
y unas gotas de bourbon.
Profetas del resentimiento
que se pondrán de acuerdo en dos cosas:

1) En cualquier parte del mundo
volverá
a nacer, con los dientes apretados,
el héroe de la clase trabajadora
y morirá al terminar el día.

2) El Big Bang
será(n)
unos pocos
guepardos
que
alzancen
la velocidad de la luz
para morir en los brazos de nadie.




Roberto R. Antúnez. "Ovnis en la noche americana". 2016, La Penúltima editorial.




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