Me
parece igual a los dioses ese
hombre
que ahora está frente a ti sentado,
y
tu dulce voz a tu lado escucha
mientras
le hablas
y
tu amable risa; lo cual, te juro,
en
mi pecho el alma saltar ha hecho:
pues
te miro apenas y mis palabras
ya
no me salen
se
me queda rota la lengua y, suave,
por
la piel un fuego me corre al punto,
por
mis ojos ya nada veo, y oigo
sólo
un zumbido,
me
destila un frío sudor y entera
un
temblor me apresa, y cual la paja
amarilla
estoy y mi muerte siento
poco
alejada.
Pero
todo habrá que sufrirlo, incluso...
***
...me
ha agitado el Amor los sentidos
como
el monte se arroja a los pinos el viento.
***
Sólo
es hermoso el hermoso cuando alguien lo mira,
mas
si también bueno es, lo será de por vida.
***
Me
estremece de nuevo desatador
...agridulce
alimaña invencible, Amor.
***
Las
Pléyades ya se esconden,
la
luna también, y media
la
noche, las horas pasan,
y
voy a acostarme sola.
Safo
de Lesbos. "Safo". 1998, Grijalbo Mondadori.
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