Another
funeral blues
Se
paró.
Se
apagó el mundo
a
la hora exacta en que perdió tu luz.
Cayó
impasible a golpes el invierno.
Se
ocultó en la noche la alborada.
Y
no hubo cielos que se abrieran
o
dios que se rasgase vestiduras.
Sí
quedó una pena negra,
un
recuerdo eterno
con
rostro de mujer.
Porque
no hay sangre
que
al brotar cure la herida,
ni
lágrima que borre tu ausencia.
Hoy
luce otra muesca esta alma rota.
Y
lleva tu nombre.
Magda
Robles León. “Pequeño muestrario de relojes y silencios”.
Inédito.
2 comentarios:
Como siempre, un encanto leerte.
¿Has cambiado algo tu voz? A mí me lo parece.
Besos
Yo la leo estupenda, como siempre.
Un abrazo, José.
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