Pared
de
la casa de san andrés de los tacones
solo
sigue en pie una pared de piedra.
detrás
de esa pared nació mi madre,
y la madre de mi madre,
y la madre de la madre de mi madre.
y yo.
y mi abuelo, Luís,
murió
detrás de esa pared.
en
los alrededores de la casa
había
una pomarada, un hórreo y un río
al
que iban mi madre y sus hermanas
a
lavar la ropa y a lavarse ellas.
luego,
construyeron el embalse,
y las aguas
anegaron
el río,
derribaron
el hórreo
y empodrecieron las manzanas.
y ayer
fui
a renovar el carnet de identidad.
¿lugar
de nacimiento?
san
andrés de los tacones.
pero
no pudieron encontrar
mi
aldea en su ordenador.
busca
san andrés, dijo un policía.
tampoco.
mira
a ver por andrés.
no.
prueba
con tacones.
ni
rastro.
así
que cuando salí de la comisaría
había
vuelto a nacer,
solo
que esta vez en la ciudad de gijón.
con
todo, la pared de piedra
de
la casa de san andrés de los tacones
aún
sigue en pie.
como
un poema.
o mejor:
como
una semilla.
David
González. “El lenguaje de los puños.” Antología crítica
de la poesía de David González. (volúmenes 2,3 y4) Edición de
José Ángel Barrueco. 2014, Editorial Origami.
6 comentarios:
Muchas gracias, Tomás, amigo. Abrazos, fuertes y solidarios.
A ti, David. Leerte siempre es un placer.
Un abrazo, amigo.
Uno de sus poemas más impactantes. Por la emoción de lo sencillo, de lo cotidiano.
Sí, José Luis y por la esperanza. Con una sola semilla todo un bosque puede florecer en el mañana.
Para mí es la metamorfosis de un hombre que sin dejar de lado el ayer mira hacía delante.
Un abrazo, amigo.
Muy bueno, un poema que trasciende lo cotidiano.
Saludos.
Sete.
Sí, muy bueno. Eso pienso yo también, Setefilla.
Un abrazo.
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