Frente al silencio.

Frente al silencio.

lunes, 25 de agosto de 2014

José Saramago.


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Algunas veces, desde que comenzó a vivir libremente, Abel se preguntaba a si mismo: <<¿Para qué?>>. La respuesta era siempre igual y también la más cómoda: <<Para nada>>. Y si el pensamiento insistía: <<No es nada. Así no merece la pena>>, añadía: <<Me dejo ir. Esto irá a alguna parte>>.

Veía claro que <<esto>>, su vida, no iba a ninguna parte, que procedía como los avariciosos que amontonan oro sólo por tener el placer de contemplarlo. En su caso no se trataba de oro, sino de experiencia, único provecho de su vida. Sin embargo, la experiencia, si no se aplica, es como el oro inmovilizado: no produce, no rinde, es inútil. Y de nada le vale a un hombre acumular
experiencia como si acumulara sellos. (…)





José Saramago. “Claraboya”. 2009, Círculo de Lectores.


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