Frente al silencio.

Frente al silencio.

miércoles, 21 de junio de 2023

Leopoldo María Panero (Poesía 1970-1985)




LA MALDAD NACE DE LA SUPRESIÓN HIPÓCRITA
DEL GOZO

<<Jois e Jovens n´es trichaite
e malvestatz es d´aquí.>>

Marcabrú


Una cucaracha recorre el jardín húmedo
de mi chambre y circula por entre botellas vacías:
la miro a los ojos y veo tus dos ojos
azules, madre mía.
Y canta, cantas por las noches parecida a la locura,
                                velas
con tu maldición para que no me caiga dormido, para que no
           me olvide
y esté despierto para siempre frente a tus dos ojos,
madre mía.




DE COMO EZRA POUND PASO
A FORMAR PARTE DE LOS MUERTOS

VIII


Y nadie quería, nadie
quería que escribiese, así que
murió cerrando
los ojos sobre un atardecer de Venecia, y nadie
quería que escribiese. <<Accante alla colonna
di pietra liscia dove san Vio
incontra il Canal Grande questa
farfalla se n´e uscita per il foro del fumo>>
en la Dogana, sabiendo
que nadie volverá a repetir la comedia del genio
<<Io verrei spiagarla, io... io...>>
Una cruz en el agua y
el agua lavando a los muertos <<Estoy
muerto o no estoy muerto>>
pasa ahora, Pound, por entre
el cuerpo azul de ilusión brillante
a la derecha, y a la izquierda, el reflejo
pardo que llega del mundo de Los Que
Aun Se Devoran En Silencio:
ahora
puedes lanzar ya una mirada a las
<<visiones del renacimiento>> y a la vez saber,
saber por fin, firmemente saber
que has entrado, al fin, has puesto el pie
suave y desnudo en el Palacio Amarillo de los Muertos.





EL CANTO DE LO QUE REPTA


La que, después de muerta, se demora en morir, repta
la que tarda, simplemente, en morir repta
y deja un rastro de baba entre casas y hechos como signo
de la vida que arrastra; es
perezosa y lenta la vida de lo que repta. Y así
tu recuerdo en el fondo de mi alma repta
y su contacto de piel viscosa y muerta me
produce algo así como un escalofrío
algo como terror. Y también yo repto, me
arrastro entre los vidrios dispersos de tu espejo, entre los
               harapos de ti que aún quedan
absurdamente en el
cuno de basura de mi memoria,
espectros en la casa abandonada
en la casa abandonada que yo soy. Y repto
al fondo de mí, como si fuera
yo mi recuerdo tan solo, como si estuviera
dormido al fondo de mí, como una vivencia olvidada. Y me
              desenvuelvo entre las ruinas somnolientas y a través
del palacio en el que no puedo entrar, como
una hábil serpiente. Me queda solo la ebriedad
dolorosa que produce
la idea del suicidio; estoy a solas
con la idea del suicidio, con la idea de aplastarme como a un
                reptil.
Todo hombre es un rey entre almenas que sienten
todo hombre es castillo de una princesa muerta
todo hombre, una máscara rodeada de tenedores
y un cadáver que escupe la boca de un fauno.
Lloran mis ojos en la frente
mis enemigos han muerto,
                                          solo queda
la vergüenza de la vida.
De mí solo queda la vida,
las manos que se mueven,
los ojos de la frente,
las lágrimas sin dueño:
mientras los hombres mueren
la barba crece.
                        Guárdate, amor, de cruzar el río
que nos separa,
                         la vida es solo un árbol
un árbol
                que crece.
Crece el poema como un árbol
y entre sus ramas, como niebla densa,
alabando a la noche,
                                  mi padre
se ahorca.



Leopoldo María Panero. “Poesía 1970-1985”. Visor.



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