Frente al silencio.

Frente al silencio.

miércoles, 24 de diciembre de 2014

Louis-Ferdinand Céline



Fragmento.



Más vale no hacerse ilusiones, la gente nada tiene que decirse, sólo se hablan de sus propias penas, está claro. Cada cual a lo suyo, la tierra para todos. Intentan deshacerse de su pena y pasársela al otro, en el momento del amor, pero no da resultado y, por mucho que hagan, la conservan entera, su pena, y vuelven a empezar, intentan otra vez endosársela a alguien. <<Es usted muy guapa, señorita>>, van y dicen. Y reanudan la vida, hasta la próxima vez, en que volverán a probar el mismo truquillo. <<¡Es usted guapísima, señorita!...>>

Y después venga a jactarte, entretanto, de haberte librado de tu pena, pero todo el mundo sabe, verdad, que no es cierto y que te la has guardado pura y simplemente para ti solito. Como te vuelves cada vez más feo y repugnante con ese juego, al envejecer, ya ni siquiera puedes disimularla, tu pena, tu fracaso, acabas con la cara cubierta de esa fea mueca que tarda veinte, treinta años y más en subir, por fin, del vientre al rostro. Para eso sirve, y para eso sólo, un hombre, una mueca, que tarda toda una vida en fabricarse y ni siquiera llega siempre a terminarla, de tan pesada y complicada que es, la mueca que habría de poner para expresar toda su alma de verdad sin perderse nada. (…)






Louis-Ferdinand Céline. “Viaje al fin de la noche”. 1994, Edhasa.





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