Frente al silencio.

Frente al silencio.

lunes, 23 de julio de 2018

Lola López Mondéjar




RESIGNACIÓN



      Juan se sonó la nariz, arrugó el pañuelo de papel entre sus dedos y con voz cansada afirmó:
      ―No puedo abandonarla. Eso es todo, es lo que hay. O lo tomas o lo dejas.
      En algún lugar del pecho de Miriam se abrió una brecha. Sintió que el dolor rompía con un corte certero sus fibras musculares para alojarse en su pecho, justo en mitad del plexo solar.
      No pudo contestar nada.
      ―Entiendo que sea duro para ti. También lo es para mí, ya lo sabes. Pero es todo lo que puedo hacer. Ella me quiere y yo... yo no puedo dejarla.
      Miriam levantó los ojos hacia él. ¿No era esto ya una despedida?
      ―Puedes esperar o puedes irte. No voy a presionarte.
      Las fibras de su plexo solar sufrieron un nuevo espasmo involuntario que ella acusó de inmediato, y una angustia sin nombre le subió hacia la garganta, aunque pudo contener el llanto.
      Se vio a sí misma levantándose, retirando su abrigo de la percha en la que lo había colgado una hora antes y saliendo del restaurante sin decir adiós.
      Pero le faltaron las fuerzas.
      El camarero trajo la cuenta, y cada uno pagó como de costumbre la parte que le correspondía. Salieron a la calle y tomaron un taxi juntos.
      Diez minutos más tarde, delante del inmueble donde Miriam vivía, Juan la besó en la mejilla como solía hacer al despedirse y, con la misma voz de siempre, le confirmó:
      ―Nos vemos el próximo jueves.
      Miriam asintió tristemente, abrió la puerta del edificio y, sin encender la luz, se adentró en el vestíbulo camino del ascensor.




Lola López Mondéjar. "El pensamiento mudo de los peces". 2008, Páginas de Espuma.




martes, 17 de julio de 2018

Nerea Magnesio


TENDER, AL SOL, LA LLUVIA


Me cuesta hablar de futuro.
De ése con mayúsculas.
Creo que fue desde que mi padre
se piró y dejó de pagar el cole.
O desde que murió mi hermana.
Quizás desde que estudié esa carrera
con becas pero sin
salidas o desde que di a luz
más sola que viva.
Desde entonces,
cuento la vida
por meses, incluso, por semanas.
Y si me pilla muy tonta,
por días.


-NEREA Mg-




Nerea Magnesio. 2018, de su muro de Facebook



lunes, 16 de julio de 2018

E. M. Cioran (II)




EL HOMBRE, ANIMAL INSOMNE


      Alguien ha dicho que el sueño equivale a la esperanza: intuición admirable de la importancia tremenda del sueño como asimismo del insomnio. Este representa una realidad tan colosal que me pregunto si el ser humano no sería un animal incapacitado para el sueño. ¿Por qué calificarlo de animal razonable cuando se puede encontrar en ciertos animales tanta razón como se quiera? Por el contrario, no existe en toda la naturaleza otro animal que desee dormir sin lograrlo. El sueño hace olvidar el drama de la vida, sus complicaciones, sus obsesiones; cada despertar es un nuevo comienzo y una nueva esperanza. La vida conserva así una agradable discontinuidad, que da la impresión de una regeneración permanente. Los insomnios engendran, por el contrario, el sentimiento de la agonía, una tristeza incurable, la desesperación. Para el ser humano que goza de buena salud es decir, el animal. es inútil interrogarse sobre el insomnio: él ignora la existencia de individuos que lo darían todo por adormecerse, seres obsesos de la cama que sacrificarían un reino por volver a hallar la inconsciencia que la terrorífica lucidez de las vigilias les ha brutalmente arrebatado. El vínculo que existe entre el insomnio y la desesperación es indisoluble. Pienso incluso que la pérdida total de la esperanza es inconcebible sin la colaboración del insomnio. La única diferencia existente entre el paraíso y el infierno es que en el primero se puede dormir todo lo que se quiera, mientras que en el segundo no se duerme nunca. ¿Acaso Dios no castigó al hombre quitándole el sueño y dándole el conocimiento? ¿No es la privación del sueño el castigo mayor que existe? Resulta imposible amar la vida cuando no se puede dormir. Los locos padecen frecuentemente de insomnio; de ahí sus terribles depresiones, su asco por la vida y su tendencia al suicidio. Pero esa sensación de hundirse, como un buzo de la nada, en las profundidades sensación propia de las vigilias alucinadas, ¿no sería una especie de locura? Quienes se suicidan arrojándose al agua o precipitándose en el vacío actúan movidos por un impulso ciego, locamente atraídos por el abismo. Quienes no han conocido nunca semejantes vértigos no pueden comprender la irresistible fascinación de la nada que conduce a algunos seres a la renuncia suprema.

*

      Hay en mí más confusión y caos de lo que el alma humana debería soportar. Podéis encontrar en mí todo lo que queráis. Soy un fósil de los comienzos del mundo en el que los elementos no se cristalizaron y en el que continúa aún la loca efervescencia del caos inicial. Soy la contradicción absoluta, el paroxismo de las antinomias y el límite de las tensiones; en mí todo es posible, pues soy el hombre que se reirá en el momento supremo, en la agonía final, en la hora de la última tristeza.





FRENTE AL SILENCIO


      Llegar a no apreciar más que el silencio equivales a realizar la expresión esencial del hecho de vivir al margen de la vida. En los grandes solitarios y los fundadores de religiones, el elogio del silencio posee raíces mucho más profundos de lo que suele imaginarse. Para ello es necesario que la presencia de los seres humanos nos haya exasperado, que la complejidad de los problemas nos haya hastiado hasta el punto de que ya no nos interesemos más que por el silencio y sus gritos.
      La fatiga conduce a un amor ilimitado al silencio, pues ella priva a las palabras de su significado para convertirlas en sonoridades vacías; los conceptos se diluyen, la fuerza de las expresiones se atenúa, toda palabra dicha u oída se desintegra, estéril. Todo lo que va hacia el exterior, o procede de él, no es más que un murmullo monótono y lejano, incapaz de despertar el interés o la curiosidad. Nos parece entonces inútil opinar, adoptar una posición o impresionar a alguien; el ruido al que hemos renunciado se suma al tormento de nuestra alma. En el momento de la solución suprema, tras haber desplegado una energía loca para intentar resolver todos los problemas y afrontado el vértigo de las cimas, hallamos en el silencio la única realidad, la única forma de expresión.






E. M. Cioran. "En las cimas de la desesperación". 2009, Tusquets editores.




miércoles, 11 de julio de 2018

Maya Mukti





LA CAÍDA DEL MURO


Y de pronto se desploma todo.
No debiste hacerlo!
No debiste hacerlo!
La presa tenía que estar bien sellada.
Había que evitar cualquier fuga.
No puedes pretender
dejar escapar
tan sólo una gota
cuando lo que empuja
es un océano entero.
Qué haremos ahora.
Cómo alzar otra vez esa mole
que tanto costó de fraguar.

Pasarán unos días aún
antes de evaluar todo el daño.
Mientras tanto, respira despacio
y mantente despierta.
Y procura esta vez
por todos los santos del cielo!
no volver a confiar en extraños.
Si alguien quiere tomar
una gota de agua
que recoja esas lágrimas
que van siempre manando de ti






Maya Mukti. 2018, de su muro de Facebook